Los ejercicios de Aldous Huxley para fortalecer la vista y aprender a mirar mejor
Aldous Huxley es un famoso novelista inglés conocido por obras como Un mundo feliz, Las puertas de la percepción y La isla. A partir de los 16 años, sin embargo, sufrió de queeratitis punctata, que lo dejó prácticamente ciego. Su fuerza de voluntad le permitió seguir leyendo y tocando el piano gracias a que se obligó a aprender el sistema Braille, que utilizan los ciegos, pero Huxley se negó a perder la capacidad ocular. Fue entonces que entró en contacto con el método de reeducación visual del médico W. H. Bates.
Aplicando metódicamente una serie de ejercicios, Huxley recuperó gradualmente la vista y escribió un libro llamado Un arte de ver (en PDF aquí) sobre este proceso. En dicho libro escribe: “Desde que la oftalmología llegó a ser una ciencia, los especialistas se han preocupado de un modo obsesivo de un solo aspecto del proceso complejo de la visión: el fisiológico. Tan sólo han prestado atención a los ojos, y no a la mente que hace uso de los ojos para ver”.
El aspecto psicológico de la visión es lo que vuelve interesante el libro de Huxley, a pesar de que las teorías de Bates no gocen de aceptación por la medicina occidental. Según Huxley, los médicos se limitan a prescribir gafas sin enseñarnos verdaderamente cómo usar nuestros ojos, ni la relación de la vista con nuestras emociones. A partir del libro de Bates, Huxley aprendió que el proceso de la vista ocurre en tres momentos: 1) sensación, 2) selección, y 3) percepción.
La sensación incluye todo lo que entra en nuestro campo visual cuando tenemos los ojos abiertos, en especial lo que ocurre en el campo periférico. Nuestros ojos se fijan sobre ciertos objetos cuando los llevamos conscientemente hacia ellos, pero esto quiere decir que al mismo tiempo filtramos mucha de esa información visual de manera inconsciente; cuando miramos desde la ventana puede que nos fijemos en un árbol o en los autos que pasan, pero nuestro campo periférico también capta todo lo demás que sucede en el paisaje, generando fatiga visual.
La selección es el momento en que llevamos nuestra atención consciente a una parte de ese campo visual y la separamos del resto. Esto obliga aún más a los ojos a fijarse en ciertos objetos por sobre otros, y es lo que nos permite leer, por ejemplo. La percepción, por último, es la interpretación que hace nuestro cerebro de un objeto que entra en el campo visual. Estas letras que lees son la percepción predominante de tu vista ahora, pero eso no quiere decir que sea lo único que entra en tu campo visual. En otras palabras, nuestros ojos ven más de lo que necesitamos, y esto produce hábitos nocivos para la vista a largo plazo.
Huxley también detalla algunos ejercicios para mejorar la calidad de nuestra percepción visual:
* En lugar de “fijar la vista” en los objetos, procura ser consciente del movimiento ocular, pues fijar la mirada produce cansancio.
* Tapando tus ojos con las palmas ahuecadas, relaja tus ojos y trata de “ver el negro”, o la oscuridad. Haz esto varias veces al día manteniendo una respiración relajada. La relación entre la respiración y la vista es sutil pero poderosa.
* Mueve suavemente la cabeza y el cuerpo en la dirección de la mirada: observar se realiza con todo el cuerpo, no solamente con los ojos.
* Haz pausas de vez en cuando para parpadear rápidamente y mover los ojos con los párpados cerrados. Esto lubrica la córnea y le permite descansar.
* Emociones como el enojo y la tristeza literalmente pueden “nublar la mirada”, puesto que la vista depende del mismo sistema nervioso.
No hace falta tener problemas de la vista para cuidar de nuestros ojos, más aún en estos tiempos en donde predominan los estímulos visuales a través de imágenes electrónicas. Descansar los ojos con estos sencillos ejercicios puede parecer una tontería para la oftalmología tradicional pero te permitirá fortalecer la relación entre tu atención consciente y tus receptores sensoriales y, después de todo, si le funcionó a Aldous Huxley, tal vez también funcione para nosotros.